A pesar de la energía de su voz, las líneas de expresión de Faith y sus ojos nublados detrás de sus gafas delatan su edad. A sus 85 años, está viviendo lo que en Uganda llaman los "años extra", lo que significa que está viva para ver a sus bisnietos. Pero nada -y menos aún su edad- impide a Faith asegurar un futuro mejor para su familia, empezando por el agua.
"Me gusta hablar del agua, porque el agua es vida", dice Faith, sentada a la sombra de un árbol de aguacate junto a la casa que comparte con dos hijas y tres nietos.
Faith dice que cuando era niña, su responsabilidad era buscar agua para su familia, pero provenía de fuentes no protegidas, como arroyos cercanos.
"A veces nos enfermábamos", dice Faith. "Y cuando había períodos prolongados de sequía, nos cansábamos de caminar largas distancias".
Faith pudo instalar una conexión de agua doméstica como parte de un sistema de suministro de agua potable en el distrito de Kamwenge, Uganda. El hecho de tener este grifo en casa ha reducido el miedo de la familia a las enfermedades transmitidas por el agua y les ha permitido dedicar más tiempo y recursos a su pequeña empresa avícola. En el futuro, esperan cultivar una plantación de plátanos, ya que con su nuevo y fiable acceso al agua podrán regar durante la estación seca, lo que les permitirá cultivar durante todo el año.
La nuera de Faith, Mónica, dice que la conexión de agua que instalaron ha mejorado enormemente su vida. Antes, tenía que caminar 30 minutos todas las mañanas para buscar agua de un estanque. Esto hacía que sus hijos llegaran tarde a la escuela y ella perdía horas de su día en las que podría estar trabajando. "Ahora, estoy satisfecha sabiendo que tenemos agua limpia y no estoy exponiendo a mi familia a enfermedades", dice Mónica.
"El grifo entusiasma tanto a los niños que, siempre que necesito agua, compiten para traérmela", dice Mónica. "Tener esta agua es una bendición".
