Secas y ásperas al tacto, las manos de Don Guillermo cuentan historias de sacrificio, trabajo duro y orgullo. Con una pala bien agarrada y una sonrisa en el rostro, este hombre de 66 años conoce la definición de trabajo duro:
"Como agricultor rural, nos levantamos temprano para trabajar en los campos y llegamos tarde a casa. Todo lo que hago, lo hago por mi familia. Siempre he tenido que llevar agua desde largas distancias mientras criaba a mis siete hijos".
Desde que era un niño pequeño y vivía en Arani, Bolivia, Don Guillermo nunca tuvo un sistema de agua confiable ni un baño cerca de su casa. La gente de Arani a menudo se enfermaba y tenía que viajar hasta cuatro millas en busca de agua. La vida finalmente mejoró para su comunidad en 2015, cuando el Distrito de Arani se asoció con Water For People para construir un sistema de agua. Una vez finalizado el proyecto, Don Guillermo comenzó a ver los beneficios de tener agua confiable para su comunidad y quería seguir mejorando la vida de su familia. Sabía que el siguiente paso era construir un baño en su casa. También sabía que no sería fácil: necesitaría ahorrar dinero y adquirir los conocimientos técnicos y los suministros para construirlo.
Gracias a su espíritu resiliente, y con aún más trabajo duro y determinación comprometida, cinco años después, Don Guillermo está cerca de completar la construcción de un baño digno para su familia.
Don Guillermo explica que la Oficina Distrital de WASH y Water For People brindaron asistencia técnica para ayudar a las familias de Arani a construir sus propios baños. Como parte de un programa de incentivos municipales, Don Guillermo compró las tuberías y completó la construcción de la estructura del baño él mismo. La Oficina Distrital de WASH le proporcionó un inodoro y un lavabo para instalar en su nuevo baño. Sus ojos brillan cuando relata cómo comenzó a construir el baño con sus propias manos:
"Mezclaba tierra, paja y agua para formar la arcilla que crearía las paredes y el techo. Poco a poco pude ver la transición de un espacio deshabitado a un baño que traería dignidad y salud a mi familia."
Este año, debido a la pandemia de COVID-19 y a una cuarentena obligatoria de dos meses, Don Guillermo no pudo vender la mayor parte del maíz que cultivaba y tuvo un ingreso significativamente menor. Sin embargo, no permitió que esta situación le impidiera lograr el sueño de construir su propio baño porque sabe que es una inversión en la salud de su familia. Al tener acceso a agua y saneamiento confiables, Don Guillermo puede protegerse mejor a sí mismo y a su familia de las amenazas de la pandemia.
“Ahora que tengo agua limpia y estoy cerca de terminar el baño, ya no tengo que ir al río. Puedo lavarme las manos cerca y pasar más tiempo con mi familia. Estoy muy feliz y emocionada por ver qué viene después”.