Solange, de dos años, duerme tranquilamente en brazos de su madre. Los otros hijos de Marie Louise están en la escuela. Esta escena, casi serena, parece muy diferente de cómo era la vida hace unos años, según Marie Louise.

Hace unos años, su aldea no tenía una fuente de agua potable. Durante su infancia, Marie Louise nunca tuvo el lujo de tener agua cerca. Desde muy joven y hasta que fue madre, Marie Louise dedicaba horas cada día a buscar agua. Esto significaba despertarse a las cuatro de la mañana, caminar durante horas y luego tratar de terminar todo el trabajo y las tareas del día en el tiempo que quedaba. Si necesitaba la ayuda de sus hijos para ir a buscar agua, podían llegar tarde a la escuela o perderla por completo. A veces, estallaban peleas en la fuente de agua por el agua limitada y ella regresaba a casa con las manos vacías.
Momentos dulces y serenos como éste con la pequeña Solange eran difíciles de conseguir.
Ahora, Marie Louise tiene agua a solo unos minutos de su casa, ¡y hay algo extraordinario en el agua! De repente, tiene más tiempo y energía. Sus hijos ahora asisten a la escuela y tiene más recursos para invertir en el crecimiento de su pequeña empresa de producción de refrescos.
"Estaba muy emocionada", cuenta Marie Louise riéndose. "Antes, íbamos a buscar agua y nos cansábamos. ¡Ahora podemos ir a buscar agua diez veces y no cansarnos!"

Marie Louise afirma que en todo su pueblo las familias tienen mucho más tiempo para trabajar o simplemente descansar, y su propia familia ha obtenido enormes beneficios.
"Nuestra limpieza ha mejorado mucho", afirma. "Hemos podido construir un baño bonito y mis hijos ya no tienen que faltar a la escuela. Siento que mis hijos tendrán una vida muy diferente a la mía".
Marie Louise no sólo se beneficia del agua, sino que trabaja duro para mantenerla. Es la presidenta de un comité de agua de seis personas que gestiona el punto de agua. Esto significa que representa a su pueblo ante los líderes del gobierno y educa a los habitantes sobre higiene y saneamiento.

"El primer desafío es cambiar la mentalidad", explica. "No todos los miembros de la comunidad comprenden la importancia de utilizar agua limpia y de tener higiene y saneamiento en sus hogares".
A Marie Louise le apasiona asegurarse de que todas las familias de su aldea utilicen agua potable y tengan buenas prácticas de higiene, porque ha visto los increíbles resultados en su propia familia. Con más tiempo, más educación y un negocio próspero, el agua ha cambiado la vida de Marie Louise.
