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Ya no es el lugar olvidado

Cuando María López se mudó con la familia de su esposo, se enteró de que los residentes llamaban a su comunidad "El Olvido". Necesitaban agua. Se sentían abandonados y olvidados.

“Yo venía de un lugar donde había mucha agua, pero aquí no había dónde bañarse ni beber”, explicó María. “Los niños eran los que más sufrían. A veces pasaban hambre porque no había agua para cocinar bien los alimentos”.  

Este pueblo de San Antonio de Cortés, Honduras, contaba con un sistema de agua rudimentario que proporcionaba servicios mínimos de agua a cuatro familias, pero no era suficiente para toda la comunidad.

Durante el verano, cuando el agua escaseaba, los habitantes tenían que hacer un recorrido de una hora hasta tres veces por semana hasta el arroyo más cercano. Otros compraban agua en otro pueblo, pero era costoso y aún así oneroso traerla a casa.

"Esta solución nos hacía perder tiempo y dificultaba el progreso", afirma María. "Gastamos todo nuestro dinero en lo más básico: el agua".

María se dio cuenta de lo grave que era la situación a su alrededor. No iba a permitir que su familia siguiera viviendo sin agua. Por eso, reunió a sus vecinos y formó un grupo comprometido a abordar sus problemas relacionados con el agua.

"Hay que luchar para que las cosas sucedan hasta que se vea un cambio", dijo María.

El grupo se topó con obstáculos y no pudo avanzar en su labor de establecer contacto con grupos y departamentos gubernamentales. Finalmente, la conexión con el equipo de Water For People en Honduras permitió avanzar.

"Fue como si nos estuvieran esperando allí", compartió María. "Ocho días después de pedir ayuda a Water For People, vinieron con técnicos para hacer mediciones. Dijeron que volverían en un mes y, efectivamente, así fue".

Water For People ayudó con los materiales, los ingenieros y los contratistas, pero la comunidad aún necesitaba el apoyo del alcalde y del gobierno del distrito para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la iniciativa mediante la financiación y el mantenimiento. En esa época, un nuevo candidato que era comprensivo y comprendía la gravedad de la crisis se presentó y fue elegido. alcalde. Water For People también facilitó las conexiones y el apoyo del gobierno del distrito, y los miembros de la comunidad ayudaron a establecer el sistema de agua.

El compromiso de Water For People con Everyone Forever significa que nadie se queda atrás: ninguna comunidad debe considerarse olvidada.

En esta ciudad se han producido cambios enormes. La gente está más relajada, es más fácil sonreír. Los niños están más felices, más sanos y faltan menos días a la escuela. Los niños del vecindario corren por la casa de María y se respira risa. La comunidad se siente conectada y esperanzada.

María juró que no tendría otro hijo si el pueblo no tuviera agua. En el momento de escribir esto, está esperando su segundo hijo. "Él tendrá una vida diferente a la de mi primer hijo", comparte. "No quería tener otro hijo que viniera a esta comunidad y tuviera que sufrir".

"Le diría a la gente que siguiera luchando por el agua, por lo que nos da la vida", comparte María con pasión. "Y si ven la oportunidad de luchar para ayudar a la gente que está pasando apuros, luchen con todas sus fuerzas".

Gracias al férreo compromiso de María, la colaboración del gobierno local, la creencia de la comunidad en algo mejor y el apoyo de Water For People, la ciudad se ha transformado.

En lugar de El Lugar Olvidado, el pueblo se llama "Nueva Esperanza".

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