Inés fue la primera niña de su comunidad en asistir a la escuela, pero sólo duró unas semanas.
Inés creció en una zona rural de Bolivia y experimentó la tensión entre sus sueños de futuro y la cruda realidad que la rodeaba. "Tenía que levantarme a las cuatro de la mañana para ir a buscar agua. Almacenábamos la mayor cantidad posible en invierno para evitar que nos congeláramos afuera. Y como no teníamos baños, caminábamos para buscar lugares remotos en las montañas y colinas".


Inés era una apasionada de la educación y quería matricularse en la escuela. Después de las caminatas matinales para abastecer de agua a su familia, continuaba el largo trayecto, sola, hasta el aula.
Sin embargo, cuando era joven, Inés se enfrentó a la discriminación de sus compañeros de clase y a situaciones inseguras durante sus caminatas solitarias. Y como no había baños en la escuela, se sentía incómoda entre sus compañeros. Inés dejó de ir a la escuela.
Después de que su familia se mudara a Arbieto, un municipio de Bolivia donde trabaja Water For People, Inés intentó asistir a la escuela nuevamente, pero como había crecido hablando la lengua indígena quechua, apenas podía seguir las lecciones en español. Además de enfrentar la discriminación en clase, la vida seguía siendo difícil en casa.
Aunque ya no tenía que caminar tanto para ir a buscar agua, era un recurso caro y escaso. "Tuvimos que limitar el uso de agua, ya que debía durar todo el mes; reutilizábamos la mayor cantidad posible. También nos bañábamos con la ropa puesta para lavarla, todo para ahorrar", cuenta Inés.
Lamentablemente, la experiencia de Inés no es una anomalía. Ni siquiera es algo raro.
A nivel mundial, las mujeres y las niñas son responsables de la recolección de agua en 7 de cada 10 hogares que no cuentan con agua en sus instalaciones.
La falta de acceso a agua potable y baños dignos afecta todos los aspectos de la vida de una mujer joven: desde la educación hasta la seguridad física, la salud y las oportunidades económicas.
Water For People trabaja con el municipio de Arbieto, una zona rural con asentamientos dispersos que hacen que llegar a la población con servicios de agua y saneamiento sea un desafío y resulte costoso (por ejemplo, transportar agua a grandes distancias desde los reservorios hasta las casas).
Inés participó en la creación de uno de estos sistemas de agua. Reconociendo su pasión por el aprendizaje y su capacidad de liderazgo natural, sus vecinos la eligieron presidenta del Comité de Agua local, donde coordinó con Water For People y la comunidad la instalación de un sistema de agua potable.
Ahora, más de 50 familias de Arbieto tienen acceso a un mejor servicio de agua.
Para Inés, el día que abrieron el grifo de agua en su casa fue un día de absoluta felicidad. “Nunca había tenido un fregadero, ¡era algo nuevo!”.



Sin embargo, según el seguimiento de Water For People, 32% de los hogares de Arbieto aún no cuentan con un sistema de agua mejorado. Esto significa que otras familias enfrentan dificultades por la falta de acceso al agua en sus hogares.
“Si no tienes agua no puedes vivir: ni los seres humanos, ni los animales, ni las plantas”, nos dice Inés.
Inés quizás no haya podido continuar con su educación, pero cree que la próxima generación puede hacer realidad sus sueños, con la ayuda de un acceso confiable al agua y a baños en sus comunidades.

