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Sobreviviendo al cólera
y cambiando el futuro

Annie está sentada fuera de su casa revestida de barro, con un pequeño dosel de paja que le proporciona un pequeño respiro del calor de Malawi. Su mirada se centra en unas palabras garabateadas en el lateral de su letrina: Tigwiritse Nchito Chimbuzi Moyenera Nthawi Zonse.

Utilicemos la letrina adecuadamente en todo momento.

Lo que puede parecer un mensaje simple es un recordatorio constante para Annie, de 37 años, de uno de los momentos más aterradores de su vida.

"Los recuerdos todavía están frescos", dice. "Estaba trabajando en el campo cuando sentí un nudo en el estómago".

De repente, Annie cayó muy enferma. Demasiado débil para volver a su casa o pedir ayuda, se desplomó en su campo, donde algunos miembros de la comunidad la encontraron más tarde y la llevaron rápidamente al hospital.

"Fue aterrador", dice Annie. "Lo único en lo que podía pensar era en mis seis hijos. Mi marido murió hace varios años, así que soy madre soltera. ¿Quién iba a cuidar de mis hijos si yo moría?".

Annie tenía cólera, al igual que otras cinco personas de su pequeño pueblo. Ella fue la única que sobrevivió.

"Sobreviví", dice solemnemente, "pero la experiencia me asustó y no quería volver a vivirla".

Como única sobreviviente, Annie estaba decidida a encontrar una solución: no quería que ella, sus hijos ni nadie de su comunidad corrieran el riesgo de contraer cólera.

Antes de los casos de cólera, muchas de las personas de su aldea practicaban la defecación al aire libre, lo que puede contaminar las fuentes de agua y provocar el cólera y otras enfermedades transmitidas por el agua. En una capacitación organizada por Water For People y trabajadores de salud locales, Annie se enteró de la relación entre la defecación al aire libre y el cólera y supo que tenía que tomar medidas. Decidida a cuidar de sí misma y de sus hijos, rápidamente comenzó a construir su propia letrina.

"¡Tenía que hacer algo!", dijo.

Annie no se conformó con construir su propio retrete. Quería hacer más por su comunidad, por lo que se convirtió en promotora de la higiene. Ahora forma parte del comité directivo que se asegura de que todos los hogares de su aldea tengan un retrete y un lugar para lavarse las manos y practiquen una buena higiene.

Ya no hay más casos de cólera en su pueblo y Annie se ha propuesto asegurarse de que esto siga siendo así.

ES