Béatrice y sus vecinos tienen una profunda comprensión del valor del tiempo.
Hace tres años, las mujeres y los niños de su comunidad de Ngoma, en el distrito de Rulindo, Ruanda, perdían horas diarias buscando agua de un manantial sin protección. Los niños perdían tiempo que podrían dedicar a la escuela: llegaban tarde, salían temprano y, a veces, faltaban días enteros para ir a buscar agua. Las mujeres perdían tiempo que podrían dedicar a su familia o a trabajos que podrían mejorar sus condiciones de vida.
Las horas perdidas cada día culminaron en semanas Se pierden cada año más de 10.000 personas, y todo porque los más de 10.000 habitantes de Ngoma tienen que caminar para conseguir agua.
En 2014, todo eso cambió. Water For People se asoció con la comunidad, una ONG local y el gobierno del distrito para construir un sistema de agua en Ngoma que acercaría el agua a la comunidad. Se colocó un grifo en el centro de la aldea, que proporcionaba agua siempre que Beatrice y sus vecinos la necesitaban.

El agua les devolvió el tiempo.
"Los niños ahora van a la escuela regularmente, sin ausentismo ni retrasos, como cuando tenían que ir a buscar agua antes o después de la escuela", dice Béatrice.
Beatrice ha aprovechado el tiempo que ha ahorrado y ha aprendido a tejer cestas y esteras, que vende para generar más ingresos para su familia.
Tener más tiempo lo ha cambiado todo.
Una vez que la comunidad tuvo acceso al agua, eligieron a Beatrice presidenta del club de higiene comunitario, y ella afirma que no podía traicionar la confianza que sus vecinos depositaban en ella. Con los conocimientos adquiridos en el club de higiene, construyó una letrina mejorada en su casa e inculcó hábitos de higiene saludables en su familia. Ser presidenta del club de higiene le ha brindado una plataforma para promover cambios de comportamiento similares en toda la aldea.
Dado que las mujeres suelen ser las más afectadas por la falta de agua potable, es fundamental contar con voces de mujeres como la de Beatrice que promueven el agua, el saneamiento y la higiene.
"Es muy importante que las mujeres participen en las actividades relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene", afirma Beatrice. "Somos las responsables de nuestros hogares, pero también de influir en nuestros hijos y maridos para que cambien sus hábitos".
“Antes, éramos nosotras las que viajábamos largas distancias para buscar agua, porque necesitábamos usarla en casa: limpiar, lavar la ropa, cocinar y hacer tantas otras tareas que requieren agua”, dice.
Con la nueva fuente de agua instalada y el trabajo de Beatrice para promover el cambio en su comunidad, las mujeres están notando la diferencia. No solo tienen más tiempo, sino que sus familias están más sanas y el futuro se ve más prometedor.
