El aire es caliente y pegajoso a medida que la temperatura de la tarde aumenta en la ciudad de San José del Norte.
Isidora Calderón Vargas descansa a la sombra de su porche mientras su hijo Abel, de cinco meses, duerme la siesta en el interior. Isidora, de rostro serio, creció en esta pequeña comunidad rural de Bolivia. A sus 35 años, se puede ver en su mirada seria que enfrentó más de las dificultades de la vida.
"El padre de mi primer hijo se fue a estudiar", recuerda Isidora, con una expresión que delata la tristeza que aún siente. "Yo también quería estudiar, pero tuve a mi primer bebé, así que no pude. Me dejó y luego regresó con otra mujer y otro bebé".

Luego Isidora conoció a otro hombre que esperaba que fuera un buen padrastro para su hijo, pero él también la abandonó mientras estaba embarazada de su hijo menor.
Abandonada a su suerte para mantener a su creciente familia, Isidora encontró trabajo en los campos de soja que rodean la comunidad de San José del Norte.
"Es lo único que sé hacer, trabajar con la soja", afirma. "Trabajé duro y pude conseguir este campo para una casa".
A las cargas que Isidora tenía que afrontar como madre soltera se sumaba el tener que pasar una hora y media cada día cargando baldes de agua de la única fuente de agua del pueblo para cocinar, bañarse y beber. Perdía un tiempo valioso que podría estar trabajando o pasando tiempo con sus hijos.
Hace unos años, Isidora instaló un grifo de agua en su casa.
Esto fue parte del trabajo de Water For People para llegar a Todos En el distrito de San Pedro, Bolivia, con servicio de agua confiable: cada familia, escuela y clínica. Pero el progreso no termina ahí. El agua fluirá de forma sostenible para las generaciones venideras, ya que San Pedro, Bolivia, ahora gestiona su propio sistema de agua: el primer distrito en alcanzar nuestra... Para siempre hito.
Esto significa grandes cambios para Isidora y su familia.
"El agua es parte de la vida, y sin ella no podemos vivir", dice Isidora. "Ahora estamos más tranquilos"."
Con más tiempo para pasar en la granja y con sus hijos, y con la confianza de que siempre saldrá agua limpia del grifo cuando lo abra, Isidora simplemente ya no se preocupa por el agua.

"Ahora", dice, "sólo hiervo agua para hacer té".
Dice que sus hijos están prosperando. "¡Mi hijo menor, Abel, es como una rana en el agua! Le encanta bañarse", dice con una sonrisa amplia y sincera. "Ese era un lujo que no teníamos antes de que instalaran el grifo en mi casa. Ahora, nos sentimos afortunados de poder bañarnos cuando queremos. Supongo que son las cosas sencillas de la vida las que realmente significan tanto".
Ahora tiene agua a su alcance y tiene más tiempo para las cosas más importantes de su vida. Más tiempo con su familia y más tiempo para asegurar el futuro de sus hijos. Y más tiempo para estar en paz.
